Regreso
de Almería con el ánimo alto. Presentar mis “gigantes” ha sido el argumento
para asomarme al “mar de plástico” justo el día que se cumplía un año del fatal
brote de Escherichia coli, la bacteria que puso en jaque a la industria del
pepino español.
Denominar
“mar de plástico” a los kilómetros de invernaderos que tapizan el suelo
almeriense se revela aún más acertado cuando se sobrevuela el territorio. Ahí
abajo, tomates, pepinos, lechugas, calabazas, naranjas... crecen controlados
por tecnologías de vanguardia bajo estrictos controles sanitarios.
Rodrigo,
mi cicerone durante la visita, trabaja con la Fundación Cajamar estimulando
entre otras cosas los estudios agropecuarios para obtener los mejores productos
amortizando al máximo las ínfimas cantidades de agua que riegan esa parte de la
península. Cabo de Gata, visible desde el faro que preside la Casa de las
Mariposas donde se asienta la Fundación, es el lugar de España que paga el agua
más cara. Por eso, se han analizado las cantidades de agua que necesita por
ejemplo un tomate para no padecer estrés. “¿Cuatro gotas al día? –dice
Rodrigo-. Pues se le aplican cuatro gotas. Ni una más. Lo justo para que crezca
sano y no se desperdicie el agua”.
La
precisión y el cuidado han llevado a promover colmenas para que
actúen en el interior de los invernaderos. Los abejorros, polinizadores esenciales
–“Si las abejas murieran el mundo desaparecería en cuatro años”. Albert
Einstein- y versátiles, han sido “contratadas” por los invernaderos para
rebajar a cero el uso de fertilizantes. Ahora son ellas las encargadas de
limpiar las frutas y hortalizas comiéndose a los bichos promotores de plagas,
polinizando lo que haya que polinizar. Como cualquier otro obrero, los abejorros
salen de su colmena, realizan sus tareas diarias y regresan a la colmena
adaptada por la empresa. El uso de abejorros para higienizar invernaderos es una
práctica cada vez más extendida. La Fundación Cajamar promueve cosas así,
además de foros a los que invita por ejemplo al estupendo economista Antón
Costas.
Actualmente
trabajan en la creación de jardines que se levanten como muros vegetales para
proteger a los invernaderos, y a las propias abejas, de ataques exteriores.
Por la
noche, tras una charla en la que el público se implicó, una señora muy rubia me
abordó para contar que se llama Eva, que está jubilada y que lleva tres años
viviendo en Almería porque Ryszard Kapuscinsky, a quien conoció, se lo había
aconsejado.
-Yo
dudaba entre instalarme en México o Almería. “Eva –me dijo él- tú quieres estar
sola y por eso y por el clima y por como tú eres, yo de ti me iría a Andalucía.
Quizás a Almería. Es una ciudad pequeña y agradable. Allí puedes vivir muy bien
sin los almerienses”. De todos modos, primero fui a México. Me encantó. Pero
luego vine aquí, a ver si Kapuscinsky tenía razón. Y mira, ya llevo tres años.
Después, cené con Rodrigo y Marcela, precisamente
una mexicana que trabaja en la Fundación. Además de por el salmorejo y los
gurullos con jibia, fue una velada intensa en la que hablamos de ciertas
similitudes entre los que controlan el dinero en México y en España. Marcela,
muy interesada en acciones de la sociedad civil, dijo que de España le había
llamado la atención que muchas –pero muchas- organizaciones de apoyo a las
personas se creaban desde instancias oficiales... y después la gente se sumaba
a ellas o no. Mientras que en el propio México son los ciudadanos los
creadores. No necesitan el permiso oficial. “Creo que España arrastra aún
demasiadas cosas de la dictadura”, dijo Marcela.
2 comentarios:
Hola Gabi. Veo que te hicimos agradable tu estancia en Almería. Sin embargo, tendré que tirar de la ireja a Rodrigo. No son las abejas, sino los abejortos los que mayoritariamente están en los invernaderos haciendo labores de polinización. Para evitar el uso de pesticidas, además, se está recurriendo a un pequeño ejército de insectos auxiliares que actúan como depredadores de las plagas. Este control biológico ha cambiado radicalmente la faz de losinvernaderos y de sus alrededores. La próxima vez que venhas, dile a Rodrigo que te deje hablar conmigo un ratillo más y te cuento con mayor detalle (o te organizo algunas visitas muy interesantes a centros de investigación de la provincia).
Un abrazo,
David
Claro, David. Agradeceré cualquier guía que me ayude a ser exacto... y ahora mismo corrijo el error de las abejas...
Gracias. Y un cordial saludo.
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