Mientras ultimo En la Barrera, el libro que en breve publicará Altaïr, el nombre de César Manrique ha vuelto a la actualidad. Debo tanto a ese artista que incluso me lo llevé de viaje por la Gran Barrera de Coral australiana de modo que en breve volverá a hablar desde algunas páginas que escribí allí.
De momento, ahí va un pequeño homenaje a un auténtico maestro. Son palabras que dijo él:
“La
consciencia del milagro de la vida y su brevedad me han hecho ver claramente
que el sentimiento trágico de nuestra existencia nos empobrece”.
“Cuando
un ser no es capaz de amar, de realizarse creativamente, está en manos de la
destrucción”.
“El
comprender la belleza y el saber de su armonía es la clave del secreto
universal. Ella nos eleva a los estratos superiores y nos impone la atención
hacia el desarrollo de la energía de la vida, las plumas de las simples aves,
la increíble finura del ala de una mosca, el complicado mecanismo de un ojo, la
concisa estructura de las fibras de una hoja seca”.
“He
sido un hombre y feliz: no hay destino más hermoso; y, desde luego, no me
preocupa que los haya más literarios”.
“¿Cuándo
será consciente el hombre de su torpeza suicida, rentable pero mortal?”.
“Creo
que hay que potenciar urgentemente las características de cada lugar del planeta,
si no, tendremos en el futuro próximo una cultura estándar aburrida y sin
posible fantasía de creatividad”.
“En el
sistema orgánico de la naturaleza, en su potente razón oculta, he encontrado la
verdad más trascendente”.
“En
esta trepidante y vital energía del cosmos está contenido un insuperable
espíritu matemático, orgánica simetría, conceptos extraordinarios del diseño,
precisión absoluta y obstinada diversidad de belleza, despilfarro total de
millones de facetas esteticistas, y una gigantesca inteligencia creadora, capaz
de abarcar toda capacidad de vuelo, de estatismo, de movimiento, de complicadas
pero perfecta máquinas capaces de toda posibilidad de programación”.
Pronto, más en En la Barrera.
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